Las palabras «alemán» y «Alemania» provienen del latín y eran utilizadas en la antigüedad por los romanos para denominar a los alamanes (no es lo mismo que alemanes), el pueblo germánico más cercano al territorio del Imperio romano. De ahí fue usada para nombrar al país entero.[9] Además de alemán, está también extendido el uso del gentilicio germano, derivado del nombre con que los romanos se referían a las tribus ni romanas ni celtas de la zona central de Europa, cuyo territorio llamaban Germania.[9] Desde el siglo X, los territorios alemanes formaron una parte central del Sacro Imperio Romano Germánico que duró hasta 1806. Durante el siglo XVI, las regiones del norte del país se convirtieron en el centro de la Reforma Protestante.
Como un moderno Estado nación, el país fue unificado en tiempos de la guerra franco-prusiana, en 1871.